Revista Vegetus nº 41 (Octubre-Diciembre 2021)

Menos carne, más vida Una campaña por nuestro futuro y el futuro del planeta MMenos Menos carne, más vida es el nombre de la campaña lanzada a principios de julio por el Ministerio de Consumo, dirigido por Alberto Garzón, con el objetivo de concienciar a la población sobre la necesidad de reducir el consumo de carne. El consumo de carne está siendo sometido a un mayor escrutinio en los últimos años, al tiempo que existe una mayor conciencia social hacia las condiciones en que son criados los animales, y se observa que las dietas sin carne van ganando terreno y aceptación en todo el mundo. Los científicos han calificado a la industria de la carne como uno de los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto in- vernadero (GEI), factor clave en el cambio climático. Por ello han llamado a tomar medidas para reducir el consumo de carne como parte de un enfoque global para combatir el cambio climático. Además de las razones medioambientales, los expertos en nutrición también recomiendan la reducción del consumo de carne como medida de salud pública. Diversos estudios han mostrado que la reducción de su consumo ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer, enfermedades car- diovasculares, diabetes y obesidad. En nuestro país, el consumo de carne se sitúa en unas cifras muy superiores a las recomendadas, y los recientes intentos por transmitir este mensaje han tenido una mala acogida, rodeada de polémica, siendo vistos como una verdadera amenaza a las tradiciones culinarias, a los puestos de trabajo del sector ganadero y a una industria que mueve mucho dinero. Se ha trasladado a postulados ideológicos lo que procede de recomendaciones derivadas de hechos científicos. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? ¿Están justificadas las recomendaciones? Veamos qué argumentos hay para ello. 18 <strong>Revista</strong> <strong>Vegetus</strong>, octubre de <strong>2021</strong> “En los últimos años se ha observado que las dietas sin carne van ganando terreno y aceptación en todo el mundo” www.unionvegetariana.org

A VUELTAS CON EL CAMBIO CLI- MÁTICO Un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) responsabiliza a la acción humana del cambio climático y del aumento de fenómenos extremos, como la oleada de incendios, las inundaciones y la ola de calor que han sido noticia durante este verano. Anteriormente, el IPCC ya venía publicando informes relativos al cambio climático en los que aparecen alusiones a la ganadería, indicando que hay que persuadir a la gente de que su dieta no dependa tanto de la carne, para reducir su huella climática. La referencia más aceptada sobre los gases de efecto invernadero que genera la ganadería es de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que baraja la cifra del 14,5% del total. Según un estudio de la organización Amigos de la Tierra, el consumo y producción de carne representa el 45% de la huella climática de la alimentación en España. NO SOLO CAMBIO CLIMÁTICO Pero el impacto ambiental de la carne no se restringe solamente a eso. Tal como señala la organización Greenpeace, incluye otros aspectos como el despilfarro de recursos (demanda de agua, uso de tierras, deforestación, producción de piensos), contaminación de tierras y acuíferos, pérdida de biodiversidad y amenaza de la soberanía alimentaria. España, donde el número de cerdos sacrificados al año supera ya al de habitantes (más de 50 millones), exportamos una carne barata mientras el país asume la huella ecológica de esa intensa producción porcina. La contaminación se queda aquí. Tampoco hay que olvidar que el impacto de la producción ganadera puede conducir a la transmisión de enfermedades zoonóticas, como se supone fue el caso de la COVID-19 y de otras epidemias anteriores. Por todo ello, en la actualidad hay consenso de que hablar de conceptos como sostenibilidad, conciencia “El consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable” medioambiental y solidaridad pasan por la necesidad de moderar el consumo de carne a nivel global. Menos carne Menos carne, más vida EL IMPACTO EN LA SALUD En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe donde indicaba que la carne roja y la carne procesada eran cancerígenas para los seres humanos. Además del cáncer, se ha vinculado el consumo de carne con diversos problemas de salud como afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes y obesidad. Estas dolencias no solo representan un sufrimiento para quienes las padecen, sino que tienen una importante repercusión sobre el sistema sanitario, un sistema que pagamos entre todos. Reducir el consumo de carne podría ayudar a disminuir la incidencia de las enfermedades crónicas mencionadas, así como el impacto económico de las mismas, al reducir los altos costos de los tratamientos y el número de horas de trabajo perdidas. EL CONSUMO DE CARNE, EN CIFRAS Según la OMS, una dieta saludable debería ser predominantemente basada en vegetales y baja en carne (si es que se incluye), estableciendo como referencia un máximo de 500 g semanales, lo que viene a ser unos 25 kg al año. En la misma línea se pronuncia la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Pero lo que sucede en la realidad es que, de una forma u otra, se suele consumir carne en todas las comidas. No es de extrañar que el consumo real sea muy superior al recomendado. Según los datos mundiales de la FAO de 2017, el consumo de carne en España se sitúa alrededor de los 100 kg/persona/año. Esto nos coloca a la cabeza de Europa como el país que más carne consume, y también entre los primeros a nivel mundial. A la vista de estas cifras, la recomendación hacia la población es que realice un consumo responsable, y en particular con la carne, que se debe reducir su consumo. www.unionvegetariana.org <strong>Revista</strong> <strong>Vegetus</strong>, octubre de <strong>2021</strong> 19